25 de octubre de 2011

Te sigo necesitando.

Hoy es uno de esos dias que por casualidad vuelves a pensar en él. Que vuelves a pensar en todos los momentos que pasasteis. En todos aquellos momentos donde sentías que eras feliz. En aquellos momentos en los que no necesitabas a nadie más que a él. En aquel determinado momento. Aquel que marcó un antes y un después en nuestra relación.
¿Te equivocaste tú? ¿Me equivoqué yo? ¿Que hicimos mal? ¿Por qué salió mal? Todo empezó siendo tan bonito.
Recuerdo cada sonrisa que nos dedicabamos, avergonzados y a escondidas.
Recuerdo cada mirada. Primero desafiantes, antes de romper a carcajadas. Recuerdo las miradas posteriores, discretas, a escondidas, que huían de la mirada del otro, que se ocultaban cuando las descubriamos. Recuerdo las siguientes miradas. Largas, que lo decían todo. Miradas que demostraban lo que cada uno sentía.
Recuerdo cada momento de aquella noche.
Cada palabra, que susurraste tan solo para mi. Recuerdo cada beso, al principio, cobardes, después, valientes y deseosos de más. Recuerdo cada caricia. Cada caricia por mis brazos, por barriga, por mi espalda, por mi mejilla, por mis piernas, por mi cuello. Las veces que acariciabas mi pelo, mientras me besabas distraidamente la cabeza.
Y me acurrucabas entre tus brazos. Segura, a salvo. Me sentía como en casa. Me sentía bien.
Recuerdo cada milimetro de tu cuerpo, tu olor a canela, el sabor a vainilla de tu boca.
Recuerdo que hubiera detenido el tiempo en ese mismo momento. Tan solo tu y yo. Solos tu y yo.
Lo recuerdo todo. Te recuerdo a ti.
Y entonces me doy cuenta de que te sigo echando de menos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario